RETOS Y DESAFÍOS ACTUALES DEL MONTEPÍO (1990 - 2019)

En 1989 la idea central del Montepío es utilizar mas la sede social de la calle Dr. J. J. Domine, 20-1-4 como plataforma de múltiples actividades de ocio y formación de los asociados. Es lo que denominan Club 65. Pero son las actividades deportivas las que más movilizan al colectivo de asociados con campeonatos muy reñidos de fútbol sala, tenis y frontenis, a los que habrá que añadir otros menos ardorosos pero igual de apasionados como el truc, el domino, el ajedrez o la pesca. En 1991 incluso habrá trofeo de fútbol para veteranos.

Las asambleas generales ordinarias no obtienen mucho eco entre los socios, como reseñan algunas memorias lastimeramente, por lo cual el presidente, Carlos Vicedo, utiliza la memoria de 1990 para informar a todo el conjunto del Montepío de las realizaciones y preocupaciones mas notables del mismo durante aquel año. La primera es la referida a la nueva ley de la Generalitat Valenciana que regulaba los Montepíos y que obliga a iniciar unos importantes cambios en la estructura de la mutualidad. La Junta Directiva bien asesorada había procedido a cumplir las normas de la citada ley “ atendiendo las prestaciones actuales y en algunos casos mejorándolas, aunque ello obligara a establecer nuevas cuotas por edades que no se diferenciaran mucho de las actuales y que, al mismo tiempo, siguiendo un escalonado de porcentajes por edades y por cada mil pesetas, permitirá que cada socio fije una cantidad a pagar y, consecuentemente, la jubilación a percibir”. Se aprueba por lo tanto un Estudio de Viabilidad del Montepío ( Estudio Actuarial) en el nuevo contexto. Se inicia de este modo las transformaciones estatutarias que derivan de la nueva legislación y que desembocaran, unos años mas tarde, en la transformación del Montepío en una Mutualidad de Previsión Social que ha permitido no solo la viabilidad del Montepío sino convertirlo en una poderosa y eficaz mutualidad, con uno de los mejores planes de jubilación existente en el mercado.

Aquel año de 1990 también se enajena ( Acuerdo de la Junta Directiva del 31 de mayo) la finca que poseía el Montepío en la calle Industria numero 29, vendida a los inquilinos y se acuerda continuar con los cursos de ingles que han gozado de un amplio respaldo de los socios. Los años siguientes estos cursos proseguirán con igual de éxito. Por ultimo se aprueba poner en marcha una Bolsa de Trabajo para los socios donde las empresas del sector puedan acudir cuando necesiten incorporar alguna persona a sus plantillas. Esta es una de las líneas de trabajo que ahora pretende desplegar el Montepío con mas fuerza para responder de alguna forma al creciente desempleo.

En 1991 se aprueba el nuevo plan de jubilación del Montepío que se aplicara desde enero de 1993, elaboradas con arreglo a la nueva Ley del Seguro Privado, y que implica los siguientes aspectos:

  • La rentabilidad del dinero de las cuotas y aportaciones pasara en su totalidad a incrementar los fondos, ya que no habrá que deducir porcentajes para gastos estructurales ni beneficios.
  • Todos los ingresos por cuotas son íntegramente para establecer las primas de jubilación.
  • Los ingresos atípicos, como las aportaciones por la manipulación de mercancías, que desde julio de 1991 se han duplicado gracias a la colaboración de la Asociación Naviera Valenciana, u otros donativos, descontados los gastos generales, son para incrementar las cuotas, proporcionalmente a todos los socios.

Es decir, el Montepío pone en marcha un plan complementario de jubilación, flexible a las condiciones y posibilidades de cada socio, en el que cada uno de ellos podrá optar, siguiendo un escalonado de porcentajes por edades y por cada mil pesetas, por la cantidad a pagar y consecuentemente la jubilación a percibir.

Aquel año también ser renuevan las viejas cuotas de socios protectores del Montepío , siendo la mínima de mil pesetas. Igualmente se abandona la Federación de Montepíos puesto que sus cuotas se consideran excesivas.

Durante 1992 se alcanza el numero de socios máximo en la historia del Montepío: son 1.015. Es de reseñar como en la Asamblea General del 3 de diciembre de aquel año el acta constata como un grupo de mujeres asociadas señalan que no debería diferenciarse a hombres y mujeres cuando se cite a los asociados al Montepío. De este modo también critican que haya diferencias entre las cuotas que cobran hombres y mujeres. El presidente acuerda positivamente la primera cuestión y sobre la segunda aduce motivos técnicos. Las reservas de la entidad también se ven incrementadas de forma importante puesto que, como ya hemos señalado, la Asociación Naviera Valenciana ha incrementado las aportaciones por las toneladas manipuladas en el puerto de Valencia. Esta ayuda es fundamental para disponer de las reservas técnicas legales para afrontar el plan de jubilación con una capitalización saneada y disponer a su vez de los fondos mutuales necesarios para el resto de afiliados en activo. El Montepío también solicita del Colegio Oficial de Aduanas un incremento de sus aportaciones en 5 pesetas por documento emitido. La prudencia acompaño siempre la política de inversiones de las reservas de aquellos años que se elevaban ya a la respetable cifra de cuarenta millones. El plan de reequilibrio se alcanza no en el año 2000 como estaba previsto sino en 1996.

Junto a la Asociación Naviera Valenciana, en cuyos salones se realizan durante estos años las asambleas generales, hay que destacar la colaboración durante estos años de otras entidades con el Montepío tales como la Asociación de Transitarios de Valencia, ATEIA, la Autoridad Portuaria, la Fundación Laboral de Trafico Exterior y la ya histórica del Colegio Oficial de Agentes de Aduanas. En diciembre de 1996 se adquiere el nuevo local social de la Calle la Reina, bajo 5. las nuevas instalaciones permiten afrontar el inicio de una nueva etapa de actividades culturales y de formación de la entidad, centradas en esta primera fase en cursos de informática, de ingles, charlas y exposiciones de pintura de socios y familiares.

En 1997 es elegida una nueva Junta Directiva. La forma, una vez mas, como presidente, Carlos Vicedo Alenda. La vicepresidencia recae en Francisco Fuster Gurí. De secretario actúa Francisco J. Ripoll Álamo. El tesorero es Mario Sanfelix Chiralt. De contador José Furio Arandiga. La vicesecretaria es Jean M. Murray. Los vocales de la Junta: Juan Molto Albors, José Sáez Carabal, Miguel R. Fos Pérez, Pepa Ruano Monfort, Ricardo Ciudad Gordillo y Lucas Olle González.

La puesta en marcha de los proyectos de plan de jubilaciones en enero del año siguiente es el objetivo central de la nueva junta directiva que se dotara de los equipos informaticos necesarios para un seguimiento individualizado de las pólizas. Seguir avanzando en el proyecto de la Bolsa de Trabajo y en “la utilización del local social como un centro de compañerismo y camaradería entre los socios y profesionales de nuestro sector” son los principales objetivos. Por otra parte hay que subrayar el descenso paulatino de socios durante esta década, tal y como puede comprobarse en el cuadro estadístico de los anexos de este libro. El Montepío pasa de 968 socios en 1990 a los 898 de 1997. Este descenso guarda relación con la decisión tomada en el año de 1992 de permitir a no socios su participación en las competiciones deportivas que desarrollaba el Montepío. Los cambios internos del propio marco del Montepío también influyo en un cierto retraimiento en la difusión del Montepío entre los profesionales del sector.

En 1999, al filo de un nuevo siglo, el Montepío pasa a ser Mutualidad de Previsión Social con el registro de los nuevos estatutos y su inscripción en el Registro de Mutualidades de Previsión Social de la Generalitat Valenciana. Se ha cerrado una etapa y se inicia otra nueva. Y todo ello sin abandonar sus principios sociales básicos.

La primera Junta Directiva del Montepío de Mutualidad de Previsión Social esta encabezada por el nuevo presidente, elegido el 27 de marzo del 2001, Francisco J. Ripoll Álamo y las siguientes personas: Lucas Olle Gonzalez ( vicepresidente), Jean M. Murray (secretario), Miguel Fos Pérez ( vicesecretario), José Furio Arandiga ( tesorero) y los vocales Francisco Fuste Gurí, Mario Sanfelix Chiralt, José Saez Carabel, Pepa Ruano Monfort, Rafael Franco Perelló y Francisco Alabau Barbera.

Responder a los retos y desafíos del mutualismo del Siglo XXI son, como antaño y hemos visto a lo largo de estos años, el hilo conductor de las nuevas generaciones de asociados y directivos.